– La exposición al ruido es una problemática que afecta especialmente a los habitantes de las grandes ciudades. En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, los niveles de contaminación acústica se encuentran por encima de los límites permisibles que establece la ley 1540 que indica como límite los 65 decibeles para el día en zonas residenciales y de 70 decibeles para zonas comerciales.*
Estos números ponen en alerta el poco confort acústico de los habitantes y la vital importancia de que haya un control de ruidos urbanos que impactan en las viviendas. El ruido no deseado en los hogares puede provocar alteraciones en las actividades, en el descanso, la relajación y el sueño. A largo plazo, hay evidencia que la presencia de ruido puede derivar en aumento de los niveles hormonales de estrés, aumentando el riesgo de efectos cardiovasculares, enfermedades cardíacas e hipertensión. “El diseño acústico y el control de ruido son elementos clave en el diseño de ambientes de una vivienda”, comenta Guillermo Simón Padrós, CEO de Argentina Green Building Council (AGBC – ONG líder a nivel regional en el desarrollo y gestión de estrategias que buscan acelerar la sustentabilidad y fomentar la transformación en el sector de la construcción del país). “Está demostrado que el ruido eleva la presión arterial y las hormonas de estrés, sobre todo en niños y puede contribuir a la sensación de desamparo”. La relación de la vivienda con su entorno exterior es un elemento clave en la influencia del ruido y existen materiales y productos que pueden atenuarlo exitosamente.
Según el “Barómetro de Hogares Verdes y Saludables”, el estudio que consultó a 25 mil argentinos durante 2021 por Argentina Green Building Council (AGBC) con el propósito de conocer la calidad de los hogares en el país y el cumplimiento de los requisitos necesarios para contribuir positivamente en la salud de las personas, el 31% de los encuestados manifestó verse afectado por ruidos provenientes de sus vecinos o la calle, aún con ventanas cerradas.
Cómo evitar ruidos molestos
Desde AGBC se recomiendan una serie de soluciones para evitar una reverberación excesiva en los ambientes de permanencia. En la práctica, los muebles blandos proporcionan un grado significativo de control acústico, al igual que los cortinados y otros acabados absorbentes de sonidos dispuestos tanto en el techo como en paredes. También usando aislantes y acondicionamientos acústicos para proteger y absorber el sonido como paneles, placas y fieltros de lana vidrio. Los vidrios laminados de mayor espesor reducen notoriamente la transmisión del sonido a través de superficies vidriadas, aumentando la aislación con respecto a vidrios simples. Para obtener un aislamiento acústico completo se debe verificar las infiltraciones de aire de la carpintería y la existencia de otras fuentes de paso de aire del exterior, como ser taparrollos de cortinas e instalaciones de aire acondicionado.
“La salud y bienestar es un derecho fundamental para todas las personas. Es momento de considerar si las viviendas argentinas actuales y las futuras disponen de las condiciones necesarias para colaborar con la salud, bienestar y confort de las personas que las habitan. La calidad de una vivienda no se mide en metros cuadrados”, reflexiona Padrós. “Comprender cómo el hogar afecta el estado de ánimo y productividad parte de considerar múltiples variables que contribuyen a tener espacios que ayuden a promover el bienestar físico, emocional y social de las personas”, concluye.
*Fuente: Universidad de Buenos Aires