Desde hace unas semanas se dieron a conocer fallecimientos en la provincia de Tucumán a raíz de la Legionella, una bacteria que prolifera en cuerpos de agua muy cercanos a los humanos, como son los sistemas de refrigeración, tanto de viviendas como de grandes edificios, oficinas, hoteles, hospitales, etc. «Entre los gérmenes relacionados con los sistemas de ventilación, el más conocido es la bacteria Legionella Pneumophila, responsable de una neumonía que puede ser grave y muy contagiosa«, comenta Dr. Julián Ciruzzi, médico neumonólogo de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (Matrícula 1494)
Si se tiene en cuenta que el verano queda a la vuelta de la esquina y que con él comienza el uso del aire acondicionado, lograr una buena ventilación y calidad de aire interior en una vivienda o edificio se convierte en algo clave para minimizar los riesgos de enfermedades. «El aire acondicionado es un excelente aliado para combatir las altas temperaturas del verano, pero también el origen de cuadros o síntomas respiratorios de diversa gravedad. Los aparatos de aire acondicionado enfrían el aire, le quitan humedad y tienden a acumular polvo, gérmenes u otro tipo de sustancias orgánicas en los filtros. Todo ello favorece la irritación, inflamación o infección de las vías respiratorias», agrega el profesional. Si se tiene en cuenta que las personas pasan aproximadamente el 90% de su tiempo en espacios interiores y gran parte de este tiempo es en sus hogares, la exposición a los contaminantes del aire es significativa. De acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, el interior de una vivienda puede albergar entre 5 y 10 veces más sustancias tóxicas que las que se hallan en el exterior.
«Los problemas más graves suelen estar relacionados con los gérmenes que se acumulan en los filtros de aire acondicionado, cuando no se realiza una limpieza correcta o su mantenimiento es inadecuado. Además, el empleo de aire acondicionado favorece la permanencia de las personas en ambientes cerrados, menor ventilación, facilitando de este modo la transmisión y el contagio de gérmenes«, agrega Ciruzzi.
Síntomas de una vivienda «enferma»
La presencia de olores difíciles de identificar, el olor a viejo o encierro, es un indicio de que el aire está viciado y probablemente la casa esté enferma. Los problemas de salud como asma, alergias, resfriados y tos frecuentes, dolores de cabeza, fatiga, sequedad, irritación de ojos, nariz, garganta y piel son indicadores de la presencia de contaminantes en el ambiente. De acuerdo a los resultados obtenidos del «Barómetro de Hogares Verdes y Saludables», el estudio realizado a 25 mil argentinos durante 2021 por Argentina Green Building Council (AGBC)– ONG líder a nivel regional en el desarrollo y gestión de estrategias que buscan acelerar la sustentabilidad y fomentar la transformación en el sector de la construcción del país– con el propósito de conocer la calidad de los hogares en el país y el cumplimiento de los requisitos necesarios para contribuir positivamente en la salud de las personas, el 82,5% de los argentinos encuestados afirma que su vivienda «huele mal» y un 87,4% asegura mantener abiertas las ventanas para ventilar.
Una de las formas de resolver los problemas de contaminación interior puede ser la utilización de filtros eficientes en los equipos de aire acondicionado para tratar bacterias, humo, polvo y olores. De las personas que respondieron tener un equipo de aire acondicionado el 47% mencionaron que presentan problemas de salud, el 63% tiene dolor de garganta o irritación de los ojos. Considerando que la mayoría de las viviendas no cuenta con métodos de purificación de aire o con un sistema de aire acondicionado filtrado, la necesaria renovación del mismo se verá comprometida en tanto las viviendas se mantengan cerradas. Los expertos recomiendan abrir ventanas y puertas al menos dos o tres veces al día. El estudio citado también refleja que el 43,7% de los encuestados no tienen purificador de aire en ambientes ni extractor en cocina
Fuentes contaminantes de aire en el hogar
Existen muchas fuentes que contaminan el aire, incluidos los materiales de construcción y mobiliario; alfombras y pisos de vinilo; productos de limpieza; colas, pinturas y barnices. Todos estos productos contienen químicos orgánicos llamados compuestos orgánicos volátiles. Pero otros contaminantes pueden provenir de fuentes biológicas y ser liberados al aire a través de sistemas de aire acondicionado y calefacción, humidificadores, cañerías o techos con goteras y alfombras mojadas. Según el estudio de AGBC casi el 38% de los consultados tiene un foco de humedad en algún ambiente de su vivienda.
La ventilación natural deseable en los hogares es más eficiente cuando es cruzada – casi el 80% de los encuestados tienen ventilación cruzada en su vivienda- es decir, cuando las aberturas se ubican en lados opuestos de la casa, lo que permite el ingreso de aire para garantizar salubridad del interior a través de la renovación del aire viciado, la reducción de la presencia de tóxicos y la sensación térmica.
«Las viviendas están destinadas para ser lugares seguros y saludables. La salud y el bienestar es un derecho humano fundamental para todas las personas», comenta Paula Altavilla, presidente de AGBC. «Es importante considerar si las viviendas actuales disponen de las condiciones necesarias para colaborar con nuestra salud y bienestar. La calidad de una vivienda no se mide tan sólo en metros cuadrados. Comprender cómo la vivienda afecta nuestra salud y hasta nuestro estado de ánimo y productividad, parte de considerar múltiples variables que contribuyen a tener espacios que ayuden a promover el bienestar físico, emocional y social de las personas», concluye.