Alejandro Haim es docente e investigador de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), y en 2011 creó un equipo que genera energía a través de las ondas de las olas del mar. Este año, la facultad regional Buenos Aires de la UTN obtuvo la patente del proyecto undimotriz y comenzó la construcción del primer equipo junto con la empresa marplatense QM Equipment.

Se trata de una boya que tiene un peso aproximado de dos toneladas de acero grueso y que flota. Esto transforma el movimiento de la boya en circular. “El artefacto ya fue probado en olas y solo resta construirlo en mayor tamaño. Estamos en fase de investigación”, dijo Haim.

La boya está conectada a un cable submarino, que lleva la energía generada hasta la costa y lo conectan a una subestación eléctrica. Tiene que estar lo suficientemente alejada para que haya ondas y no olas, pero cerca de la costa por la longitud del cable. Los investigadores calculan que podría estar entre 500 metros y hasta 2 kilómetros de la orilla.

El investigador hizo hincapié en que el mar siempre está en movimiento, a diferencia del resto de las energías que dependen de los combustibles fósiles, el viento o el sol. Incluso los barcos podrán abastecerse de energía a través de este equipo, sin tener que llegar a la costa.

El movimiento vertical que genera la onda de una ola (el momento antes de que rompa en la orilla) mueve el brazo de una palanca que está acoplado de manera fija a la boya amarilla El movimiento vertical que genera la onda de una ola (el momento antes de que rompa en la orilla) mueve el brazo de una palanca que está acoplado de manera fija a la boya amarilla
Haim contó que la idea del proyecto nació en 2009, cuando estaba en el mar flotando con su tabla de surf y lo quiso plasmar como proyecto de tesis final de su carrera de ingeniería mecánica. Diez años después, el proyecto obtuvo la patente al nombre de la facultad, donde él es el director del Laboratorio de Estudios Sobre Energía Solar (LESES).

Con la empresa QM Equipment, la facultad está fabricando un equipo que tendrá una potencia de 30 kilowatt (kW). Mientras la compañía se encarga de la maquinaria pesada, los investigadores están en los detalles de la mecánica fina. Haim proyecta que el equipo estará terminado el año que viene y ahí podrá ser probado en el agua.

“En el exterior, hay un universo de prototipos que están siendo probados en el mar, pero no hay una tecnología que domine el mercado. Estamos en competencia para ver quién hace la mejor tecnología”, indicó. La mayoría de los inventos en funcionamiento se encuentran en España, Portugal, Gran Bretaña, Estados Unidos, Australia, Dinamarca, Alemania y China.

El financiamiento por parte de la universidad es recaudado con premios de concursos a los que asisten, en los cuales participan los investigadores con sus proyectos. “Nuestro sueño es tener el mar sembrado de estos equipos que transformen la energía de las olas en eléctrica”, concluyó Haim.

Fuente: La Nación