Finalmente ACUMAR tiene la herramienta que necesita para reducir las cargas contaminantes que diariamente llegan a los cursos de agua de la Cuenca Matanza Riachuelo.
Se acaba de dictar la Resolución Nº 46-E/2017 mediante la cual la Autoridad de Cuenca establece un nuevo sistema de control de vertidos, controlando no solo la calidad de lo que las industrias vierten, sino también el caudal de los mismos. El fin es garantizar que los cursos de agua puedan recibir esa carga másica sin sufrir deterioros que implican un perjuicio para el ambiente y la vida de los ciudadanos y de las futuras generaciones.
Luego de muchos años se ha logrado dar un avance significativo en este punto y cumplir con esta demanda, que además de la Corte Suprema de Justicia efectuara en el 2015 el Cuerpo Colegiado, integrado por el Defensor del Pueblo de la Nación, la Asociación Ciudadana por los Derechos Humanos (ACDH), Asociación Vecinos de la Boca (AVLB), Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) y Greenpeace Argentina.
La norma de creación de ACUMAR ya preveía como una de las facultades la de unificar el régimen aplicable en materia de vertidos de efluentes a cuerpos receptores de agua y emisiones gaseosas (Ley 26.168,art. 5 inc a). Si bien el organismo tenía normativa sobre vertido de efluentes líquidos, la misma resultaba inadecuada como herramienta de efectivo control en cuanto a la regulación del caudal de carga contaminante en la Cuenca. La resolución en cuestión que deroga toda la normativa anterior de ACUMAR sobre la materia prevé su implementación en etapas, respetando el principio de progresividad establecido en la Ley General del Ambiente.
En ese mismo sentido ya se encuentra en etapa de evaluación por un Comité de Expertos el Proyecto de Resolución que establece la normativa para calidad de aire en la Cuenca, algo que sin dudas resulta una deuda pendiente a la fecha.
Al respecto la Presidente de ACUMAR, la licenciada Gladys Gonzalez expresó «estamos enfrentando el desafío de transformar lo que alguna vez se llamó «el ícono de la contaminación”, y lo estamos haciendo con acciones concretas que nos permitan resolver los problemas de la cuenca hoy, pero pensando en el mañana, de ahí la importancia de esta actualización normativa».
Epígrafe de la imagen 1: ACUMAR más exigente con las empresas de la Cuenca