Especialistas del sector eléctrico analizaron alternativas posibles para que la Argentina pueda incorporar mayor oferta energética limpia. Dada la experiencia en otros países, una de las conclusiones a las que arribaron es la necesidad de apuntar a proyectos de mediana escala. La mirada del Gobierno.
En el marco del evento internacional ‘Energyear Conosur 2017’, llevado a cabo en el Hotel Madero, Ciudad de Buenos Aires, Alfredo Morelli, Gerente de Ingeniería de Ventus Energía Argentina, Juan Luchillo, Gerente de Análisis de Cammesa, Diego Werner, Director Técnico y Comercial de Aires Renewables y Andreas Höllinger, CEO de ABO Wind, debatieron en una ponencia titulada ‘Cómo integrar más renovables en la red eléctrica argentina’.
En principio, Franco Borrello, Director de Desarrollo de Proyectos de Coral Energía, quien ofició como moderador de la charla, consultó a Luchillo acerca de la tolerancia de las redes eléctricas sobre los proyectos adjudicados no sólo en el RenovAr (2.424 MW) sino aquellos vía GENREN (500 MW) y los que se licitaron en la compulsa de generación distribuida fósil.
Categóricamente el jerárquico de CAMMESA aseguró que era posible. No obstante, apuntó que para seguir ampliando el sistema de redes e incorporar a futuro mayor potencia, será necesario mantener un esquema de reglas, incorporar al sector privado y, desde el punto de vista de grandes proyectos, resolver las cuestiones vinculadas al despacho.
A saber, se espera que durante este año el Gobierno nacional lance licitaciones no sólo para energía eólica y solar, mediante la Ronda 2 del Programa RenovAr (estimada para el segundo semestre de este año), sino que se instrumente algún mecanismo que habilite el desarrollo de proyectos de bioenergías (biomasa y biogás) y se liciten entre 2.000 y 3.000 MW de energía termoeléctrica.
En el marco de esta planificación, el Gobierno analiza ampliar el sistema de redes eléctricas y estaciones transformadoras. Para ello, la idea del Ministerio de Energía y Minería es lanzar una licitación en los próximos meses la cual podría movilizar unos 5 mil millones de dólares.
En el mismo evento, el subsecretario de Energías Renovables de la Nación, Sebastián Kind, dio precisiones sobre el tema y explicó que “hay 2 maneras de atacar el problema” de la distribución eléctrica: uno “restrictivo”, evitando que se continúe inyectando energía a la red, dado el límite de su capacidad; y otro “expansivo”: ampliando redes. “El mecanismo al que se está optando es ‘expansivo’”, aseguró.
“Lo que queremos hacer ahora es una planificación del Estado nacional de hacia dónde debe ir el sistema de trasporte para poder atacar los planes de potencia”, adelantó y anticipó: “El plan es instalar 20 GW de potencia de acá al 2025, de lo cual la mitad es renovable”.
Por su parte, el CEO de ABO Wind, Andreas Höllinger, transmitió su experiencia en el mercado europeo sobre cómo se fue integrando potencia renovable a la red eléctrica.
Por un lado, contó que en Alemania no se apostó fuertemente a proyectos de gran escala, como se hizo en las licitaciones del Programa RenovAr, sino más bien a proyecto de pequeño y mediano porte. Explicó que de los 95 GW de potencia instalada con el que cuenta el país germano, más del 90 por ciento de las centrales están conectadas redes de distribución de 20 kV (media tensión).
Por otro lado, contó que una alternativa que encuentra Europa a la intermitencia de las fuentes eólica y solar es la interconexión entre los países limítrofes. “Y se está profundizando (aún más) en ello”, destacó.
En conclusión, Höllinger manifestó que proyectos más pequeños que los que se desarrollarán en la Argentina no requieren de altas inversiones y al mismo tiempo contribuyen a estabilizar la red, además de menor energía perdida en el transporte.
No obstante, según pudo saber este medio, el Gobierno nacional ya tomó nota sobre este asunto. El propio Kind mantuvo reuniones con representantes de CAMMESA para que en la Ronda 2 tengan lugar proyectos más pequeños, así y todo sean de menor factor de capacidad. Estarían identificados 50 nodos de red aprovechables con este fin.
En línea con la idea, Morelli de Ventus Energía, empresa de origen uruguayo que cuenta con una madura cartera de proyectos en el vecino país, sugirió: “a veces no todo es factor de capacidad”.
“Estamos acostumbrados a proyectos de 50 por ciento de factor de capacidad eólica (en el sur argentino) y vemos que en el mundo funcionan proyectos de menores condiciones. Con menores recursos que generan mayor mano de obra, mejor interconexión a la red, entre otros factores”.
Cabe destacar que, según la Asociación Uruguaya de Energía Eólica (AUdEE), existen 40 parques eólicos operativos (1274,2 MW) en distintas zonas de Uruguay que en su gran mayoría no superan los 50 MW.
Quien también compartió el punto de vista fue Werner de Aires Renewables: “ir a focos muy calientes genera que haya complicaciones en ciertos lugares”.
“Puede ser más rentable ir a lugares con menos recursos que allí dónde más los hay, si se pueden cuantificar categorías serían: cuanto afecta a lo que es logística, cuanto a estabilidad de la red, entre otros factores como generar mano de obra”, opinó.
Fuente: Energía Estratégica