En Italia, la obtención de energía solar está en auge entre los propietarios de viviendas desde que el año pasado entrara en vigor la nueva ley de promoción de la energía solar “Conto Energia”. A diferencia de la ley de promoción anterior, ésta se centra sobre todo en instalaciones pequeñas y está destinada directamente a los consumidores finales, que no dudan en instalar los módulos solares en sus tejados.
Se trata de un negocio lucrativo, ya que en Italia el sol brilla con intensidad similar a la de España o Grecia. No obstante, no todo el que quiera puede instalar en el tejado los paneles solares convencionales. Hasta ahora, las normas de protección de monumentos limitan este modo de obtención de energía en los edificios históricos.La ciudad de Venecia, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, podría perder algo de la mágica atracción que ejerce sobre los turistas procedentes de todo el mundo si se sustituyeran las tejas por placas solares. La empresa italiana REM S.p.A ha encontrado una solución para este dilema: tejas solares de plástico con cubiertas moldeadas por inyección de PLEXIGLAS®.
Las llamadas tejas TechTile tienen el aspecto óptico de una teja tradicional de arcilla, pero contienen en su interior células fotovoltaicas o bien módulos solares térmicos para calentar agua. A diferencia de los paneles solares convencionales, las superficies de los colectores de las tejas son algo más pequeñas, ya que sólo manteniendo la impresión óptica se pueden aprovechar los tejados históricos para la obtención de energía a pesar de las normas de protección de monumentos. Un tejado orientado al sur con un tamaño de 18 metros cuadrados y un ángulo de inclinación de 30 grados produce 1.650 kilovatios-hora de electricidad al año bajo el sol del sur de Italia. Esto cubre unos cinco sextos del consumo de electricidad anual de un hogar unipersonal en Alemania.
En el centro de la teja superior se encuentran las células solares o los módulos solares térmicos bajo un panel transparente. La teja solar ha sido diseñada por Roberto Corvaglia y Sante Bortoletto de REM. Bortoletto explica así el principio de la invención: “Lograr una obtención óptima de energía depende de dos factores: disponer de potentes células solares y de una cubierta con alta transmisión”. La transmisión significa transparencia, criterio que resultó decisivo para los inventores a la hora de elegir el material: “Para el panel utilizamos PLEXIGLAS®, porque tiene una transmisión superior al 90 por ciento y, por tanto, deja pasar mucha más luz que otros plásticos que, además, no son tan resistentes a los rayos UV y amarillean con el tiempo”, afirma Corvaglia.
Tejas solares térmicas con tubo de vacío
Para que las oscuras células solares no se vean desde el exterior a través del panel transparente, Corvaglia y Bortoletto recurrieron a un truco: “Diseñamos la estructura de los paneles muy fina en el lado interior. Así pueden penetrar los rayos del sol sin que se pueda ver libremente desde el exterior. De este modo, evitamos que las células solares negras alteren el aspecto de color arcilla de la teja”, explica Corvaglia. Por lo tanto, a cierta distancia no se percibe ninguna diferencia respecto a las tejas convencionales. Además de las propiedades ópticas, el panel debe ser también robusto. Bortoletto añade: “Ni siquiera las granizadas son un problema, ya que PLEXIGLAS® también resiste estas influencias ambientales”.
Gracias a la sencilla conexión por enchufe, se pueden instalar las tejas solares fotovoltaicas sin necesidad de un electricista. Para tejar rápidamente una casa, las tejas solares también están disponibles como módulos de tejado prefabricados con capa aislante y soporte de tejado. No obstante, cada una de las tejas solares funciona independientemente de las tejas contiguas. Si una teja se cae, todas las demás continúan produciendo electricidad.